Cuéntase que, en aquella
noche, hubo una linda
lluvia de estrellas. Algunas se acurrucaron en las
torres de las
iglesias, otras fueron a jugar y anclaron con los juguetes de los niños y la tierra quedó maravillosamente iluminada. Pero con el pasar del tiempo, las estrellas resolvieron abandonar a los hombres