A través de doradas celosías
por las que se filtraban los vapores
de mil perfumes y de mil colores,
tu figura intuí en las ansias mías.
por las que se filtraban los vapores
de mil perfumes y de mil colores,
tu figura intuí en las ansias mías.
La intenté ver completa, y no querías
permitirlo, que envuelta en los candores
de tenue seda, sorda a mis amores,
su barrera translúcida oponías.
permitirlo, que envuelta en los candores
de tenue seda, sorda a mis amores,
su barrera translúcida oponías.
Y hube de contentarme con la vista
de aquellas nubes que a la laquearia
ascendían en difusa y sutil pista,
de aquellas nubes que a la laquearia
ascendían en difusa y sutil pista,
cual música que, al alma necesaria,
de los dedos escapa del arpista,
como se eleva al cielo una plegaria.
de los dedos escapa del arpista,
como se eleva al cielo una plegaria.
Ese rostro grabado está en mi alma,
y cuanto más lo pienso, más lo veo
como el blanco perfecto del deseo
que rompe en tempestad mi suave calma.
y cuanto más lo pienso, más lo veo
como el blanco perfecto del deseo
que rompe en tempestad mi suave calma.
¡Ay!, mi mirada con la suya empalma
y una prende en la otra dulce reo
que la arrastra hacia el cálido himeneo
despojándola en traje, capa y talma.
y una prende en la otra dulce reo
que la arrastra hacia el cálido himeneo
despojándola en traje, capa y talma.
¡Oh!, no te busco, pero en ti devengo,
¡oh!, mi alma es presa tuya y en ti está.
¡Oh!, alma y cuerpo soy que en ti convengo.
¡oh!, mi alma es presa tuya y en ti está.
¡Oh!, alma y cuerpo soy que en ti convengo.
Tanto te quiero que no sé si ya
fin o principio en ti del cielo tengo,
mas sé que en ti hacia allí mi nave va.
fin o principio en ti del cielo tengo,
mas sé que en ti hacia allí mi nave va.