Puedes cortar tus trenzas, Berenice,
y darlas ya de ofrenda en el altar
si es que a mí mismo has decidido amar
y está en tu mente cuando a la mar me hice.
Vé que ese sacrificio mucho dice
de ti y de mí a quien me ayudó a tornar:
lo prometido es deuda, y no ha lugar
a no cumplirla a aquel que nos bendice.
Y al fin, sin tus cabellos, tu cabeza
ni un ápice de hermosa perderá:
destacará tu rostro y su belleza.
Mas otro como yo no tornará
si yo no hubiese vuelto de una pieza...
y tu rojo cabello sí lo hará.
y darlas ya de ofrenda en el altar
si es que a mí mismo has decidido amar
y está en tu mente cuando a la mar me hice.
Vé que ese sacrificio mucho dice
de ti y de mí a quien me ayudó a tornar:
lo prometido es deuda, y no ha lugar
a no cumplirla a aquel que nos bendice.
Y al fin, sin tus cabellos, tu cabeza
ni un ápice de hermosa perderá:
destacará tu rostro y su belleza.
Mas otro como yo no tornará
si yo no hubiese vuelto de una pieza...
y tu rojo cabello sí lo hará.