NI LA ROSA NI EL CLAVEL
Ni la rosa ni el clavel,
ni la más hermosa flor
igualan con tus colores,
prenda mía del querer.
El recuerdo que tú me dejaste
a la cándida luz de la luna;
yo no puedo querer más que a una,
y esa una, mi vida, eres tú.
Pues veo que sí,
pues veo que no;
si tú tienes huerto,
jardín tengo yo;
si tú no lo riegas,
lo regaré yo.
Ni la rosa ni el clavel,
ni la más hermosa flor
igualan con tus colores,
prenda mía del querer.
El recuerdo que tú me dejaste
a la cándida luz de la luna;
yo no puedo querer más que a una,
y esa una, mi vida, eres tú.
Pues veo que sí,
pues veo que no;
si tú tienes huerto,
jardín tengo yo;
si tú no lo riegas,
lo regaré yo.