Escasos compañeros de la infancia de antaño
en los dispersos jardines de la urbe:
cómo nos encontrábamos y vigilantes nos gustábamos,
y, al igual que el cordero de la hoja parlante,
en los dispersos jardines de la urbe:
cómo nos encontrábamos y vigilantes nos gustábamos,
y, al igual que el cordero de la hoja parlante,