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LA NUEZ DE ARRIBA: silenciosos hablábamos. Cuando nos alegrábamos,...

Escasos compañeros de la infancia de antaño
en los dispersos jardines de la urbe:
cómo nos encontrábamos y vigilantes nos gustábamos,
y, al igual que el cordero de la hoja parlante,

silenciosos hablábamos. Cuando nos alegrábamos,
esto no era de nadie. ¿De quién era?
Y cómo esto se iba entre toda la gente que pasaba
y en el miedo del largo año.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Pasaban coches en torno a nosotros, extraños, se iban;
había casas en torno a nosotros, fuertes, mas no verdaderas, y nada
nos conoció jamás. ¿Qué era real en el Todo?