Todo lo conseguido lo amenazala máquina mientras
se jacte de estar en el espíritu y no en la obediencia.
Porque ya no presuma el dudar, que es más bello, de la espléndida mano,
corta ella, inflexible, la piedra del edificio, más resuelto.
se jacte de estar en el espíritu y no en la obediencia.
Porque ya no presuma el dudar, que es más bello, de la espléndida mano,
corta ella, inflexible, la piedra del edificio, más resuelto.
En parte alguna se queda ella atrás, para que no escapemos a ella una vez,
y ella, engrasando en la callada fábrica, se pertenece a sí misma.
Ella es la vida, -ella piensa que es la que más sabe,
la que, con una sola decisión, ordena y crea y destruye.
Mas para nosotros el ser está aún hechizado; en cientos
de lugares es áun el origen. Un juego de puras
fuerzas que nadie toca que no se arodille y admire.
salen palabras aún tiernamente junto a lo inefable...
Y la música, siempre nueva, de las piedras más estremecidas
construye en el espacio inutilizable su casa divinizada.
y ella, engrasando en la callada fábrica, se pertenece a sí misma.
Ella es la vida, -ella piensa que es la que más sabe,
la que, con una sola decisión, ordena y crea y destruye.
Mas para nosotros el ser está aún hechizado; en cientos
de lugares es áun el origen. Un juego de puras
fuerzas que nadie toca que no se arodille y admire.
salen palabras aún tiernamente junto a lo inefable...
Y la música, siempre nueva, de las piedras más estremecidas
construye en el espacio inutilizable su casa divinizada.