¿Es nuestro ese arrugado y vil pellejo,
aquel mismo que otrora fue rïente,
el que veo con gesto de doliente
y, de horror traspasado, de él me alejo?
aquel mismo que otrora fue rïente,
el que veo con gesto de doliente
y, de horror traspasado, de él me alejo?
Y el reloj su tic-tac prosigue duro...
¿Que lo paro? No importa: el tiempo sigue,
más rápido o más lento, mas seguro.
¿Que lo paro? No importa: el tiempo sigue,
más rápido o más lento, mas seguro.
Quien segundo a segundo de él no espigue,
¿quién sabrá si asegura su futuro?
Mas detenerlo nunca se consigue.
¿quién sabrá si asegura su futuro?
Mas detenerlo nunca se consigue.