(...) Y tengo, para consuelo mío, dos extrañas flores blancas -encogidas ahora, ennegrecidas, aplastadas y frágiles- para atestiguar que aun cuando la inteligencia y la fuerza habían desaparecido, la gratitud y una mutua ternura aún se alojaban en el corazón del hombre.
Herbert George Wells
Herbert George Wells
ando por aquí y me va muy mal esto, se me ha caido varias veces
Buen martes Vitori, ¡como madrugas! ¡no te fies del refran! pero asi da mas tiempo, lo que hace falta, es ganas de trabajar (lo digo por mi) que estoy muy PARADA, ULTIMAMENTE.
un besito a seguir
un besito a seguir