Hace unos días, al abrir las páginas de una revista, vi un anuncio cruel, pero significativo: Un cupido angelical, de bruces, con las alas marchitas y una flecha clavada en la espalda.
Tan fuerte es la imagen, que no recuerdo qué producto anunciaba. Para mí, no era un anuncio, era una incisiva denuncia: ¡Estamos asesinando al Amor!