Si un hombre fuera severo para consigo mismo y generoso para con los demás, nunca haría surgir resentimientos.
Un caballero se avergüenza de que su palabra sea mejores que sus hechos.
Un caballero se culpa a si mismo, mientras que un hombre ordinario culpa a los otros.
Un hombre que comete un error y no lo corrige, está cometiendo otro error.
Únicamente el hombre verdadero sabe como amar al pueblo y como odiar al pueblo.