LA NUEZ DE ARRIBA: Fuga...

Fuga

Nos iremos tempranito.
Iremos de madrugada,
por el camino mojado
de besos de la mañana.

¡Qué alegría habrá en tus ojos!
¡Qué regocijo en mi alma!
Seremos sobre el camino
como dos canciones blancas.

De vez en cuando, en la senda
haremos una parada.
Tú me dirás: ¿para qué?
Yo te diré: para nada...

Para aplacar la honda sed
que en mi pecho siente el alma;
para gozar de tus mimos,
para escuchar tus palabras.

Para comer de las fresas
que en tu boca se desangran,
¡o para arrancar la espina
que se te pegue a la saya!