Hola, Victoria, sí que vi cómo volaron los tilos, pero no pude apreciar lo bonito que está el pueblo porque, como le dije a Amador, al no haber una causa que justificara mi presencia en él, nunca me paseé por sus calles. ¡Hombre!, siempre cabe el recurso de decir que sientes un especial interés en visitar el pueblo, pero la gente no se privaría de verme como un bicho raro, o como un sospechoso, que en vez de visitar Roma, París o Munich prefiere visitar pueblecitos como Bustillo, Coculina La Nuez y otros similares. ¡Y es precisamente en estos pueblecitos donde reside mi tesoro de vivencias, de recuerdos y de añoranza; y ya sabes: donde está tu tesoro, allí está tu corazón. Chindasvinto. Un cordial saludo