MEDIODÍA EN OCASO
Se han quedado mis ojos mirando fijamente
al vacío, cual niña despistada y errante;
me he quedado sin risas, preocupado el semblante
como si no existiera a mi lado otra gente.
Tuve que golpearme varias veces la frente
y volver a mis pasos sin mirar adelante;
se me rompió el camino y no encuentro talante
para saber por dónde te has ido de repente.
Porque es magia el encanto de los atardeceres
piedra y cielo en paisaje: mediodía en ocaso:
borrador de silencios en son de pareceres.
El corazón del aire se acelera en mi paso
y late entre los ritmos de saber que me quieres,
aunque a la vez te escondas entre brisas de raso.
Julie Sopetrán
Se han quedado mis ojos mirando fijamente
al vacío, cual niña despistada y errante;
me he quedado sin risas, preocupado el semblante
como si no existiera a mi lado otra gente.
Tuve que golpearme varias veces la frente
y volver a mis pasos sin mirar adelante;
se me rompió el camino y no encuentro talante
para saber por dónde te has ido de repente.
Porque es magia el encanto de los atardeceres
piedra y cielo en paisaje: mediodía en ocaso:
borrador de silencios en son de pareceres.
El corazón del aire se acelera en mi paso
y late entre los ritmos de saber que me quieres,
aunque a la vez te escondas entre brisas de raso.
Julie Sopetrán