A todo el mundo le cae bien un buen perdedor, en especial cuando está en el equipo contrario.
Muchas personas están demasiado educadas para hablar con la boca llena, pero no les preocupa hacerlo con la cabeza hueca.
Muchas personas están demasiado educadas para hablar con la boca llena, pero no les preocupa hacerlo con la cabeza hueca.
No es que tenga miedo de morirme. Es tan sólo que no quiero estar allí cuando suceda.
Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improblable que parezca, debe ser la verdad.