
LESHY
Hace ya mucho tiempo. Era en las lejanas épocas en que las gentes contaban haber visto cosas maravillosas y seres sobrenaturales y misteriosos.
Dicen que en aquellos tiempos vivió la hija de un rico comerciante de una aldea, la cual un día se alejó, por simple curiosidad, hasta un frondoso bosque sin el permiso de sus padres. Pasaron los días, las semanas, los meses y los años, sin que nadie volviera a saber de ella.
Habían pasado tres años desde la misteriosa desaparición de la muchacha. Un día un joven cazador que vivía en la misma aldea de los padres de la infortunada joven, fue a cazar al bosque acompañado de su fiel perro y de su arco. De pronto, el perro se puso a ladrar furioso.
El cazador vio sentado en un árbol, a un mujik que arreglaba unas babuchas, mientras contemplaba a la luna y decía:
- ¡Brilla, brilla, radiante luna!
El cazador quedó atónito. ¿Qué quería decir con aquellas palabras? Notó que el mujik, a pesar de ser todavía joven, tenía el pelo de un color grisáceo como el de un tejón.
Cuando el cazador contemplaba al extraño personaje, éste, como si hubiera adivinado lo que pasaba, dijo:
-Tengo el pelo gris porque soy el abuelo del diablo.
Entonces el muchacho comprendió que no tenía dalente a un simple mujik, sino a un léshy, o sea a un legendario y temible espìritu del bosque. Tendió el arco, le apuntó a vientre y disparó.
El léshy lanzó un gruñido de dolor; y cuando parecía que iba a caer se enderezó y se dirigió veloz hacia el bosque.
El perro salió disparado como un rayo en su persecución. El cazador seguía al perro. Horas y más horas duró la persecución, hasta que por fin llegaron a un colina. En la colina había una enorme grieta, y dentro de la grieta una cabaña escondida entre las rocas.
El cazador entró en la cabaña. Allí, en la oscuridad, el léshy estaba tendido, tieso como una piedra. A su lado una muchacha permanecía sentada, gimiendo en medio de sus lágrimas.
-Cuéntame quién eres y cuál es el pueblo de donde procedes -preguntó intrigado el cazador.
-! Ah, buen hombre ¡Ignoro quién soy y de dónde procedo, pues no conozco la libertad desde hace años y tampoco sé si tengo padres.
-No temas -dijo el joven cazador-. Prepárate a venir conmigo, pues te llevaré donde moran las gentes, y una vez en ella sabrás quiénes son tus padres.
Ambos abandonaron la espesura del bosque.
La joven había sido raptada por el léshy y vivía en su cabaña desde hacía tres años. Sus vestidos estaban raídos; apenas le cubrían el cuerpo, y su persona en nada se parecía a la de antes de ser raptada por el misterioso personaje del bosque.
Cuando llegaron a la aldea todo el pueblo acudió a recibirles, atraída su curiosidad por el extraño atuendo de la machacha. Los padres de la joven desaparecida exclamaron el reconocerla, despuès de observarla con atención:
- ¡Pero si es nuestra querida hija! ¿Dónde has estado durante tanto tiempo? Habíamos perdido la esperanza de volver a verte.
La muchacha parecía estar sorprendida de estas demostraciónes de afecto por parte de quienes ignoraba que pudieran ser sus padres.
Sin embargo, al cabo de algún tiempo, la memoria acudió a su mente y reconoció a sus progenitores con la natural alegría de éstos. Cuando estuvo curada se celebró la boda de la bella joven con el cazador, al cual hicieron grandes regalos los padres de la muchacha para premiar su valentía al matar al terrible léshy, terror de los bosques.
Un día, todos los hombres de al aldea intentaron encontrar la cabaña en que habían vivido el léshy y la hija del rico comerciante. Días y más días recorrieron el bosque en todas direcciones sin conseguir jamás encontrar su morada.
Hace ya mucho tiempo. Era en las lejanas épocas en que las gentes contaban haber visto cosas maravillosas y seres sobrenaturales y misteriosos.
Dicen que en aquellos tiempos vivió la hija de un rico comerciante de una aldea, la cual un día se alejó, por simple curiosidad, hasta un frondoso bosque sin el permiso de sus padres. Pasaron los días, las semanas, los meses y los años, sin que nadie volviera a saber de ella.
Habían pasado tres años desde la misteriosa desaparición de la muchacha. Un día un joven cazador que vivía en la misma aldea de los padres de la infortunada joven, fue a cazar al bosque acompañado de su fiel perro y de su arco. De pronto, el perro se puso a ladrar furioso.
El cazador vio sentado en un árbol, a un mujik que arreglaba unas babuchas, mientras contemplaba a la luna y decía:
- ¡Brilla, brilla, radiante luna!
El cazador quedó atónito. ¿Qué quería decir con aquellas palabras? Notó que el mujik, a pesar de ser todavía joven, tenía el pelo de un color grisáceo como el de un tejón.
Cuando el cazador contemplaba al extraño personaje, éste, como si hubiera adivinado lo que pasaba, dijo:
-Tengo el pelo gris porque soy el abuelo del diablo.
Entonces el muchacho comprendió que no tenía dalente a un simple mujik, sino a un léshy, o sea a un legendario y temible espìritu del bosque. Tendió el arco, le apuntó a vientre y disparó.
El léshy lanzó un gruñido de dolor; y cuando parecía que iba a caer se enderezó y se dirigió veloz hacia el bosque.
El perro salió disparado como un rayo en su persecución. El cazador seguía al perro. Horas y más horas duró la persecución, hasta que por fin llegaron a un colina. En la colina había una enorme grieta, y dentro de la grieta una cabaña escondida entre las rocas.
El cazador entró en la cabaña. Allí, en la oscuridad, el léshy estaba tendido, tieso como una piedra. A su lado una muchacha permanecía sentada, gimiendo en medio de sus lágrimas.
-Cuéntame quién eres y cuál es el pueblo de donde procedes -preguntó intrigado el cazador.
-! Ah, buen hombre ¡Ignoro quién soy y de dónde procedo, pues no conozco la libertad desde hace años y tampoco sé si tengo padres.
-No temas -dijo el joven cazador-. Prepárate a venir conmigo, pues te llevaré donde moran las gentes, y una vez en ella sabrás quiénes son tus padres.
Ambos abandonaron la espesura del bosque.
La joven había sido raptada por el léshy y vivía en su cabaña desde hacía tres años. Sus vestidos estaban raídos; apenas le cubrían el cuerpo, y su persona en nada se parecía a la de antes de ser raptada por el misterioso personaje del bosque.
Cuando llegaron a la aldea todo el pueblo acudió a recibirles, atraída su curiosidad por el extraño atuendo de la machacha. Los padres de la joven desaparecida exclamaron el reconocerla, despuès de observarla con atención:
- ¡Pero si es nuestra querida hija! ¿Dónde has estado durante tanto tiempo? Habíamos perdido la esperanza de volver a verte.
La muchacha parecía estar sorprendida de estas demostraciónes de afecto por parte de quienes ignoraba que pudieran ser sus padres.
Sin embargo, al cabo de algún tiempo, la memoria acudió a su mente y reconoció a sus progenitores con la natural alegría de éstos. Cuando estuvo curada se celebró la boda de la bella joven con el cazador, al cual hicieron grandes regalos los padres de la muchacha para premiar su valentía al matar al terrible léshy, terror de los bosques.
Un día, todos los hombres de al aldea intentaron encontrar la cabaña en que habían vivido el léshy y la hija del rico comerciante. Días y más días recorrieron el bosque en todas direcciones sin conseguir jamás encontrar su morada.