Marcelino, veo que has querido aprovechar esa belleza estática y muda que un día capté al lado de tu pueblo para enriquecerla con esos versos que rezuman añoranza, dolor y alegría al mismo tiempo y, sobre todo, trascendencia. Su lectura me ha hecho recordar mis caminos del páramo árido, austero y silencioso donde allá, a lo lejos, se juntan con el infinito.
Sigue, sigue con tus poemas, tus villancicos, tus santorales..., que siempre queda algo. Chindasvinto
Sigue, sigue con tus poemas, tus villancicos, tus santorales..., que siempre queda algo. Chindasvinto