Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas:
¡Hola, Dios!
Ahora que ya se quien soy, ¿es bueno serlo?
Dios respondió:
¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?
Pues… verás. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente. Quiero sentir como es ser la luz.
¡Hola, Dios!
Ahora que ya se quien soy, ¿es bueno serlo?
Dios respondió:
¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?
Pues… verás. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente. Quiero sentir como es ser la luz.
Pero si ya eres la luz — Repitió Dios, sonriendo otra vez.
¡Si, pero quiero saber como se siente serlo! —exclamó la pequeña alma.
Creo que debí imaginármelo —repuso Dios, riendo. Tú siempre has sido la más aventurera
Y, tras un instante, la expresión de Dios cambio
¡Si, pero quiero saber como se siente serlo! —exclamó la pequeña alma.
Creo que debí imaginármelo —repuso Dios, riendo. Tú siempre has sido la más aventurera
Y, tras un instante, la expresión de Dios cambio