LA NUEZ DE ARRIBA: La ternura está en lo que fluye. Para nacer, la ternura...

La Ternura – Jacques Salomé
La ternura es como un movimiento que nos arrastra hacia un camino repleto de sensaciones y de sentimientos en los que se entremezclan la benevolencia, la aceptación y el abandono, pero también la confianza, el estímulo, el asombro y los nuevos descubrimientos.

Para seguir este camino, lo único que hay que hacer es abandonar nuestros miedos, dejar atrás los prejuicios y enfrentarnos a todo cuanto pueda depararnos un nuevo encuentro. La ternura es el nacimiento hacia uno mismo, un nacimiento que nos permite penetrar en el maravilloso vientre de la existencia.

La ternura no es solamente algo físico. Es una frágil sensación, una emoción imprevisible, una mirada de asombro, un movimiento secreto y fugaz, unido para siempre al conjunto de los sentidos. La ternura posee un brillo propio, algo que fluye desde hace mucho tiempo. La ternura es cuando la realidad consigue superar al sueño.

La ternura es mi mirada de asombro ante todo cuanto me ofreces; es tu mirada de amor ante todo cuanto te doy. La ternura es una palabra o un silencio que se convierte en ofrenda para el que sabe escucharlo con confianza, son unos ojos que se convierten en mirada.

La ternura está en lo que fluye. Para nacer, la ternura necesita de la inmovilidad y del silencio; el silencio puede ser uno de los aspectos más importantes de la ternura. El silencio que se crea cuando escuchamos lo que dice la otra persona o intentamos participar de sus vivencias y sentimientos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
La ternura es algo dulce y lleno de confianza, que circula entre dos personas que se reciben mutuamente. Es un entero que acoge a otro entero.