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LA NUEZ DE ARRIBA: La familia y los amigos, nuestro paracaídas. Estos...

Los amigos son la familia espiritual que hemos elegido. Nos reflejamos en ellos, para bien o para mal, ya que nos ayudan a realizarnos y disfrutamos con ellos de los valores de la confianza, el compromiso y la complicidad.

Un amigo íntimo es un tesoro que hay que conservar. Existen distintos niveles de amistad y es muy complicado llegar al más alto porque implica un intercambio bidireccional de afectos, confesiones y lealtades.

Aprende a escuchar. Olvida los prejuicios y las expectativas. Escuchar sin filtros a nuestro interlocutor nos ofrece la oportunidad de comunicarnos de verdad.

Saber perdonar y olvidar es parte de la felicidad. La envidia es desear lo que tiene el otro, pero puede resolverse aprendiendo de los demás, en lugar de compararnos estérilmente con ellos. El rencor es un mal compañero de viaje en esta vida.

Es fundamental diferenciar entre una amistad sana y otra que no lo es. Las insanas son aquellas que tratan de capturar nuestra atención a toda costa y de este modo nos dejan sin energía, tiñendo de negatividad nuestro estado de ánimo. No utilizar el otro: que principio tan sabio!

Debemos aprender a entregarnos. La amistad requiere a veces renunciar a las propias prioridades para ponerse al servicio de quien mas lo necesita, sin por ello dejar de ser nosotros mismos. Donación de verdad.

La familia y los amigos, nuestro paracaídas. Estos son vínculos y relaciones que reclaman toda nuestra dedicación, ya que si están bien constituidos nos rescataran de cualquier caída.