El estado de no-mente es el estado de lo divino. Dios no es un pensamiento sino la experiencia de la ausencia de pensamientos. No es un contenido mental; es la explosión que se produce cuando la mente carece de contenidos. No es un objeto que puedas ver; es la misma capacidad de ver. No es lo visto, sino quien ve. No es como las nubes que se juntan en el cielo, sino como un cielo sin nubes. Es ese cielo vacío. Cuando la conciencia no se proyecta en ningún objeto, cuando no hay nada que ver, nada que pensar, y sólo hay vacío alrededor, entonces uno cae sobre sí mismo. No hay lugar donde ir: uno se relaja en su propia fuente, y esa fuente es Dios.