Para oír lo que no tiene palabras tendrás que abandonar las palabras, porque sólo lo similar puede oír a lo similar, sólo lo similar puede relacionarse con lo similar. Cuando te sientes junto a una flor, no seas una persona, sé una flor. Cuando te sientes junto a un árbol, no seas una persona, sé un árbol. Cuando te bañes en el río, no seas un hombre, sé el río. Entonces recibes miles de señales. Y no se trata de comunicación; es una comunión. La naturaleza habla y habla en miles de lenguas, pero en ningún lenguaje.