Siente continuamente algo dentro de ti que es igual, pase lo que pase en la periferia. Cuando alguien te insulte, céntrate en el punto donde sólo lo escuchas, sin hacer nada, sin reaccionar; simplemente escucha. Te está insultando. Y después alguien te alaba; simplemente escucha, insulto-alabanza, honor-deshonor, simplemente escucha. Tu periferia se alterará. Obsérvalo, no trates de cambiarlo. Míralo; permanece profundamente centrado, mirando desde allí. Así lograrás un desapego que no es forzado, un desapego espontáneo, natural. Y una vez que percibas ese desapego espontáneo, nada podrá alterarte.