Cada uno quiere llevar el agua a su molino, y dejar en seco el del vecino. Se dice del que sólo atiende a su propio interés o conveniencia, sin cuidarse de los demás.
Del agua mansa me libre Dios, que de la brava me guardaré yo. Las personas de genio, al parecer manso y apacible, cuando llegan a enojarse suelen ser más, impetuosas y terribles. También se suele decir en el mismo sentido: Guárdate del agua mansa.
Del agua vertida, alguna cogida. Se advierte que cuando no se pudiere recobrar enteramente lo perdido, se procure recoger la parte que fuere posible; porque del mal, el menos.
Nadie diga: de este agua no beberé. Ninguno está libre de que le suceda lo que a otro, y por tanto no debe jactarse de poderse sustraer a las leyes universales.