10. La verdad no necesita padrinos. Puede tenerlos -y de hecho los tiene- pero no los necesita, porque la verdad se impone por su propio poder, el que tiene en si misma, el que le ha transferido la realidad. La verdad es tan poderosa que una vez manifestada no hay fuerza humana que la anule. Iván.
Victoria, un abrazo pásalo bien a pesar del calor, hoy ha refrescado algo