Mira, te han preparado
el diván más mullido,
magnolias y jazmines lo rodean,
los pebeteros calman con su aroma
el llanto más amargo.
Duerme ahora, descansa,
y olvida la traición que en tu costado anida.
Yo cantaré a la luna esas canciones
que una vez aprendimos de un poeta
ebrio y errante, solitario y pobre.
Tal vez ella lo llame
y él conozca el consuelo para ti.
Me refugio en el sueño más amable,
preludio del Encuentro,
dí adiós a los amigos,
que algún día cercano
entonen mis canciones
y pueda revivir, cuando sus copas
se alcen hacia el Cielo. Rensoli, Lourdes
el diván más mullido,
magnolias y jazmines lo rodean,
los pebeteros calman con su aroma
el llanto más amargo.
Duerme ahora, descansa,
y olvida la traición que en tu costado anida.
Yo cantaré a la luna esas canciones
que una vez aprendimos de un poeta
ebrio y errante, solitario y pobre.
Tal vez ella lo llame
y él conozca el consuelo para ti.
Me refugio en el sueño más amable,
preludio del Encuentro,
dí adiós a los amigos,
que algún día cercano
entonen mis canciones
y pueda revivir, cuando sus copas
se alcen hacia el Cielo. Rensoli, Lourdes