LA NUEZ DE ARRIBA: Ya no llores, Verano! En aquel surco muere una rosa...

Como me gustaria ser un mosquito... Para rondarte por todo el cuerpito (Anónimo)

Como una mano sin dedos como un jardín sin recreo, así es como me siento yo el día que no te veo. (Anónimo)

Cuando para de cantar y vuela al fin vemos a la cigarra.

En la tierra jamás la poesía cesa: cuando, en la solitaria tarde invernal, el hielo ha labrado el silencio, en el hogar ya vibra el cántico del grillo, que aumenta sus ardores, y parece, al sumido en somnolencia dulce, la voz de la cigarra, entre colinas verdes.

¿A un día de verano compararte? Más hermosura y suavidad posees.

Pide que el camino sea largo. Que sean muchas las mañanas de verano en que llegues, ¡con qué placer y alegría!, a puertos antes nunca vistos.

Ya no llores, Verano! En aquel surco muere una rosa que renace mucho...
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Y pensar que pudimos enlazar nuestras manos y apurar en un beso la comunión de fértiles veranos...