Soy el amor que pasa... pero soy el amor.
Si es una aventura miserable, todo el pueblo, toda la ciudad acude; pero si es un rayo de hermosura que viene a herir nuestro ojo, o un rayo de amor que viene a iluminar nuestro corazón, nadie se ocupa de ello.
La aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo.
Sentí deseos de intentar que las personas prestaran atención a esta extraordinaria aventura por la que pasamos demasiado fugazmente: el grandioso misterio de la vida. Para experimentarlo, tal vez necesitemos volver a ser niños. Debemos despojarnos de nuestras costumbres mundanas y actuar como niños.
Este grave filósofo sabe bien que la vida es una despreciable farsa; pero este bufón no duda de encontrar en ella una grandiosa aventura.
El que no sabe gozar de la aventura cuando le viene, no se debe quejar si se le pasa.
Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive.