ASÍ RECUERDO A MI PUEBLO.
Que bonito es mi pueblo,
cuando silencio guarda.
Que solitario esta el pueblo,
en una noche de escarcha.
Que solidario se siente,
después de pagar las animas.
Cuanto amor y cuanto tiempo,
recuerdos y madrugadas.
Chascarrillos de labranzas.
Ilusión de trillaóres.,
carreras de los porqueros,
reuniendo a la piara.
Cuantos cuentos del abuelo.
De lobos por las cañadas,
de pastoras casaderas,
al calor de la fogata,
Cuanta quietud en los barrios,
Cuanto silencio en los prados.
Cuanta cancela encendida,
Inquieto anda el ganado.
Engañosa siluetas,
del gañán enamorado,
que vuelve a saltar la tapia,
del corral de lo amado.
Relincha la yegua pinta,
Contesta el del espartero.
El mulo resopla y calla
su preocupación, el pienso.
Y duermen los niños chicos,
soñando con ser muleros,
dejando suspenso el sueño,
con sus juegos, en mi pueblo.
Corriendo por una plaza,
saltando por una barra,
que un mozo, lanzó al aire,
queriendo alcanzar el cielo.
No se si lo consiguió.
O solo un apostadero,
en una tarde de fiesta,
en la plaza de la barra,
sigue porfiando el pueblo.
Podéis cambiar muchas cosas,
Podéis cambiar los luceros,
Pero nunca cambiareis,
El sentir de nuestro pueblo.
Que bonito es mi pueblo,
cuando silencio guarda.
Que solitario esta el pueblo,
en una noche de escarcha.
Que solidario se siente,
después de pagar las animas.
Cuanto amor y cuanto tiempo,
recuerdos y madrugadas.
Chascarrillos de labranzas.
Ilusión de trillaóres.,
carreras de los porqueros,
reuniendo a la piara.
Cuantos cuentos del abuelo.
De lobos por las cañadas,
de pastoras casaderas,
al calor de la fogata,
Cuanta quietud en los barrios,
Cuanto silencio en los prados.
Cuanta cancela encendida,
Inquieto anda el ganado.
Engañosa siluetas,
del gañán enamorado,
que vuelve a saltar la tapia,
del corral de lo amado.
Relincha la yegua pinta,
Contesta el del espartero.
El mulo resopla y calla
su preocupación, el pienso.
Y duermen los niños chicos,
soñando con ser muleros,
dejando suspenso el sueño,
con sus juegos, en mi pueblo.
Corriendo por una plaza,
saltando por una barra,
que un mozo, lanzó al aire,
queriendo alcanzar el cielo.
No se si lo consiguió.
O solo un apostadero,
en una tarde de fiesta,
en la plaza de la barra,
sigue porfiando el pueblo.
Podéis cambiar muchas cosas,
Podéis cambiar los luceros,
Pero nunca cambiareis,
El sentir de nuestro pueblo.