Jorge Debravo
ETERNIDAD
Antepasado mío, hoy te he visto
gozoso, reencarnado en mis dos hijos.
La tarde olía a madurez y a mango.
Por las mejillas de mis niños
—dulce y amadamente— resbalabas.
ETERNIDAD
Antepasado mío, hoy te he visto
gozoso, reencarnado en mis dos hijos.
La tarde olía a madurez y a mango.
Por las mejillas de mis niños
—dulce y amadamente— resbalabas.