¿Tienes un negocio?
Se acercaba la navidad, y el ingeniero no tenía trabajo. Gracias a los esfuerzos del gobierno en materia educativa, había ingenieros hasta para aventar pa'rriba... y no había trabajo para todos. Ya estaba desesperado cuando un ingeniero amigo suyo, mientras acomodaba las latas en el
supermercado local, le dijo que había escuchado que en el circo que acababa de llegar al pueblo, podría ser que hubiera trabajo.
Ni tardo ni perezoso fue nuestro ingeniero con el dueño del circo:
- Por favor ¡Deme usted trabajo! Ya viene la navidad, y yo no tengo ni para la cena, no digamos para los juguetes de mis hijos.... ¡Trabajaré de lo que sea!
- ¡Mmmmm....! Tengo un trabajo, pero es muy peligroso: tendría usted que pnerse un disfraz de gorila y caminar por la cuerda floja por encima de la jaula de los leones.....
- ¡Acepto! -Contestó el ingeniero, sin pensarlo mucho.
Llegó la hora de la función. El ingeniero, dentro de su disfraz, sudaba frío " ¿Y si me caigo...?" pensaba.
Era su turno. Subió a la cuerda y, con la ayuda de un paraguas, la recorrió de principio a fin, sin pensar en lo que había abajo. Quiso su mala suerte que, en el viaje de regreso, se tropezara, y cayera en plena jaula de los leones.
Estos comenzaron a acercarse, y el ingeniero se fue a un rincón, y se puso a llorar desconsolado. Entonces un leon le dijo:
- ¡No te preocupes...! Todos somos ingenieros.
supermercado local, le dijo que había escuchado que en el circo que acababa de llegar al pueblo, podría ser que hubiera trabajo.
Ni tardo ni perezoso fue nuestro ingeniero con el dueño del circo:
- Por favor ¡Deme usted trabajo! Ya viene la navidad, y yo no tengo ni para la cena, no digamos para los juguetes de mis hijos.... ¡Trabajaré de lo que sea!
- ¡Mmmmm....! Tengo un trabajo, pero es muy peligroso: tendría usted que pnerse un disfraz de gorila y caminar por la cuerda floja por encima de la jaula de los leones.....
- ¡Acepto! -Contestó el ingeniero, sin pensarlo mucho.
Llegó la hora de la función. El ingeniero, dentro de su disfraz, sudaba frío " ¿Y si me caigo...?" pensaba.
Era su turno. Subió a la cuerda y, con la ayuda de un paraguas, la recorrió de principio a fin, sin pensar en lo que había abajo. Quiso su mala suerte que, en el viaje de regreso, se tropezara, y cayera en plena jaula de los leones.
Estos comenzaron a acercarse, y el ingeniero se fue a un rincón, y se puso a llorar desconsolado. Entonces un leon le dijo:
- ¡No te preocupes...! Todos somos ingenieros.