puedes obligar a tu corazon, a tus fibras y a tus nervios
a que te obedezcan aun despues de haber desfallecido
y que asi se mantengan hasta que en ti no quede otra cosa
que lavoluntad gritando ¡persistid, es la orden!
a que te obedezcan aun despues de haber desfallecido
y que asi se mantengan hasta que en ti no quede otra cosa
que lavoluntad gritando ¡persistid, es la orden!