En el casino de la vida
en el que uno apuesta todo
En el que se da por entrega
un corazón a otro
En el se nos agarra desprevenidos
sin conocimiento ni acierto
donde pretendemos, convencidos
ser sin dudas, merecedores
del premio que supuesto
se nos ha asignado
o de eso que es lo que creemos
Salpicamos la vida
con algunas especias
que endulzan el día
haciéndonos así ver
que puede haber alegría
en vez de soledad
Bajo el supuesto
de un desear sincero
se abren dos posibilidades
una que nos acerca
la otra que nos separa
y con ello incómodos vemos
se aparta de nosotros
la posibilidad real
de descubrir las cosas
que hacen las distancias
las razones para continuar
Mientras sigo convencido
que se debe esperar
a ver de los sueños
sin tener que opinar
lo que el destino depare
que como todos sabemos
eso nada más, será la lotería final
en el que uno apuesta todo
En el que se da por entrega
un corazón a otro
En el se nos agarra desprevenidos
sin conocimiento ni acierto
donde pretendemos, convencidos
ser sin dudas, merecedores
del premio que supuesto
se nos ha asignado
o de eso que es lo que creemos
Salpicamos la vida
con algunas especias
que endulzan el día
haciéndonos así ver
que puede haber alegría
en vez de soledad
Bajo el supuesto
de un desear sincero
se abren dos posibilidades
una que nos acerca
la otra que nos separa
y con ello incómodos vemos
se aparta de nosotros
la posibilidad real
de descubrir las cosas
que hacen las distancias
las razones para continuar
Mientras sigo convencido
que se debe esperar
a ver de los sueños
sin tener que opinar
lo que el destino depare
que como todos sabemos
eso nada más, será la lotería final