Infancia de Luis Toro
Es en el campo lejos de la ciudad y aprendí el medio del campo a encontrarme con Dios en la naturaleza, en el agua, ríos y con los animales.
Aprendí a encontrarme con Dios en su obra, creada por él.
Mi padre era un hombre muy creyente y siempre al amanecer se colocaba en la puerta, miraba hacia el horizonte; y decía: “gracias Señor por haberme dado un nuevo día, gracias porque estoy vivo, tengo salud,; gracias por lo que soy y por lo que tengo”;
Y eso a mí siempre me impactaba, me gustaba mucho escuchar esa frase de mi padre.
Como cualquier niño fui aprendiendo las primeras lecciones de la vida, pero sobre todo en la parte espiritual, aprendí a rezar el santo rosario, a gustar de la palabra del Señor; al lado de mi papa, al lado de mi mama, al lado de mis hermanos.
Es en el campo lejos de la ciudad y aprendí el medio del campo a encontrarme con Dios en la naturaleza, en el agua, ríos y con los animales.
Aprendí a encontrarme con Dios en su obra, creada por él.
Mi padre era un hombre muy creyente y siempre al amanecer se colocaba en la puerta, miraba hacia el horizonte; y decía: “gracias Señor por haberme dado un nuevo día, gracias porque estoy vivo, tengo salud,; gracias por lo que soy y por lo que tengo”;
Y eso a mí siempre me impactaba, me gustaba mucho escuchar esa frase de mi padre.
Como cualquier niño fui aprendiendo las primeras lecciones de la vida, pero sobre todo en la parte espiritual, aprendí a rezar el santo rosario, a gustar de la palabra del Señor; al lado de mi papa, al lado de mi mama, al lado de mis hermanos.