Se confirma el punto anterior donde se menciona el interés en eliminar a la anciana.
El Lobo con esas preguntas tan tontas y directas quiere alertar a Caperucita. En realidad, no tiene intenciones reales de cometer el acto y por lo tanto, se trata del más fuerte alegato a favor de su inocencia.
Caperucita mientras tanto, enrolla al lobo en un juego perverso con el único fin suicida de ser devorada.
Cuando el Lobo, que ya no sabe que hacer, se come a Caperucita, es porque ya no le quedaba otra solución, imponiéndose finalmente los instintos animales naturales que reprimió con entereza durante toda la extensión del relato.
Es posible que antes de ello en el bosque o en la cama, Caperucita tuviera relaciones con el Lobo. Esto se probaría con el hecho de que el lobo no desea en el fondo fagocitarse a la niña, demostrando afecto por la pequeña.
Por lo tanto se concluye que es Caperucita y no el Lobo Feroz, la que provoca los instintos naturales de la pobre fiera. Primero los sexuales y posteriormente los depredadores.
También es de destacar que la madre de Caperucita tuvo mucha culpa al no acompañar a su hija, quizás deseando deshacerse de ambas. Aquí entraría a jugar otra teoría, donde la madre arregló previamente con el Lobo Feroz el plan de acción a llevar a cabo, plan que por una serie de casualidades (dado que ha quedado demostrado que el Lobo no tenía, a posteriori, intenciones de cometer los asesinatos) finalmente se lleva a cabo.
Estos puntos son, en principio, claros y concisos. Los que se empeñan en desprestigiar al Lobo Feroz no se han parado a pensar en la posible manipulación que se ha hecho de su figura, su actividad y su reacción ante una instigadora profesional como parece ser que fue la tal Caperucita.
El Lobo con esas preguntas tan tontas y directas quiere alertar a Caperucita. En realidad, no tiene intenciones reales de cometer el acto y por lo tanto, se trata del más fuerte alegato a favor de su inocencia.
Caperucita mientras tanto, enrolla al lobo en un juego perverso con el único fin suicida de ser devorada.
Cuando el Lobo, que ya no sabe que hacer, se come a Caperucita, es porque ya no le quedaba otra solución, imponiéndose finalmente los instintos animales naturales que reprimió con entereza durante toda la extensión del relato.
Es posible que antes de ello en el bosque o en la cama, Caperucita tuviera relaciones con el Lobo. Esto se probaría con el hecho de que el lobo no desea en el fondo fagocitarse a la niña, demostrando afecto por la pequeña.
Por lo tanto se concluye que es Caperucita y no el Lobo Feroz, la que provoca los instintos naturales de la pobre fiera. Primero los sexuales y posteriormente los depredadores.
También es de destacar que la madre de Caperucita tuvo mucha culpa al no acompañar a su hija, quizás deseando deshacerse de ambas. Aquí entraría a jugar otra teoría, donde la madre arregló previamente con el Lobo Feroz el plan de acción a llevar a cabo, plan que por una serie de casualidades (dado que ha quedado demostrado que el Lobo no tenía, a posteriori, intenciones de cometer los asesinatos) finalmente se lleva a cabo.
Estos puntos son, en principio, claros y concisos. Los que se empeñan en desprestigiar al Lobo Feroz no se han parado a pensar en la posible manipulación que se ha hecho de su figura, su actividad y su reacción ante una instigadora profesional como parece ser que fue la tal Caperucita.