PIEDRA (LA)
Cercano al margen derecho del curso del río Úrbel, en los comienzos del valle del Tozo; cercano también a la carretera de Burgos a Aguilar de Campoo que recorre todo el valle y en una carretera que, partiendo de ella, va buscando a Villadiego por Los Valcárceres, en terreno ligeramente desigual y al pie de una gran roca, que le da su nombre, encontramos a LA PIEDRA, a 46 km de Burgos.
Son sus vecinos Úrbel del Castillo, Terradillos de Sedano al otro lado de los montes, Santa Cruz del Tozo, Fuente-Úrbel y Los Valcárceres.
Al tener en aquel tiempo relación con el reino de Navarra, aparece su nombre escrito en la documentación del monasterio de San Juan de la Peña el 7 julio de 1029, hablando de “in territorio de illa Petra”. En 1752, según declaraciones de sus moradores en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada, pertenecían únicamente al rey, al que pagaban tributos; era, por tanto, lugar de realengo.
Tan sólo habitaban el lugar 46 personas en el año 1848, según consta en el Diccionario geográfico de Pascual Madoz. Había crecido, como la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia, en la segunda mitad del siglo XIX y presentaba en 1900 un censo de 166 habitantes. Siguió creciendo en la dura primera mitad del siglo XX hasta llegar a 208 personas en el año 1950. Pero ha sufrido los efectos de la voraz emigración en la segunda mitad del siglo que lo han dejado con 26 habitantes en el año 2000.
Sus habitantes celebran su fe en una iglesia, dedicada a Santa María, renacentista, con arcos y bóvedas estrelladas de piedra y dos capillas cortas que le dan aire de cruz latina y cabecera románica, de finales del siglo XII, con ventanales y capiteles. El ábside es románico con dos ventanas cegadas, con motivos vegetales, columnas, capiteles, arcos y canes historiados en alero. La portada es renacentista, de 1672, adintelada, con pilastrones, hornacina avenerada y remate de bolas y dos columnas de piedra a la entrada del antiguo pórtico, ahora reducido. La torre es cuadrada, amplia, rematada en bolas, con seis huecos y dos campanas.
La pila es románica con arcos incisos, serpiente o dragones y pie ajedrezado circular, avenerada; y el retablo mayor es barroco, salomónico, de José Hernando en 1714, con una Virgen sedente con Niño y un San Sebastián del siglo XVI. Buena fábrica e interesantes los restos románicos. Sus libros parroquiales comienzan en 1596.
El 2 febrero 1898 nace Fortunato Ruiz Peña, hermano marista, martirizado el 8 octubre 1936 en Montcada (Barcelona) y beatificado el 28 octubre 2007.
Había un castillo, del que no queda más que la noticia, que en el año 1055 Diego Laínez, el padre de El Cid, arrebató a los navarros, pasando a Castilla.
En su territorio están catalogados un yacimiento arqueológico Medieval (¿iglesia?) y otro de época sin determinar.
• AMO A MI PUEBLO, escrito por Emiliano Nebreda Perdiguero.
Cercano al margen derecho del curso del río Úrbel, en los comienzos del valle del Tozo; cercano también a la carretera de Burgos a Aguilar de Campoo que recorre todo el valle y en una carretera que, partiendo de ella, va buscando a Villadiego por Los Valcárceres, en terreno ligeramente desigual y al pie de una gran roca, que le da su nombre, encontramos a LA PIEDRA, a 46 km de Burgos.
Son sus vecinos Úrbel del Castillo, Terradillos de Sedano al otro lado de los montes, Santa Cruz del Tozo, Fuente-Úrbel y Los Valcárceres.
Al tener en aquel tiempo relación con el reino de Navarra, aparece su nombre escrito en la documentación del monasterio de San Juan de la Peña el 7 julio de 1029, hablando de “in territorio de illa Petra”. En 1752, según declaraciones de sus moradores en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada, pertenecían únicamente al rey, al que pagaban tributos; era, por tanto, lugar de realengo.
Tan sólo habitaban el lugar 46 personas en el año 1848, según consta en el Diccionario geográfico de Pascual Madoz. Había crecido, como la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia, en la segunda mitad del siglo XIX y presentaba en 1900 un censo de 166 habitantes. Siguió creciendo en la dura primera mitad del siglo XX hasta llegar a 208 personas en el año 1950. Pero ha sufrido los efectos de la voraz emigración en la segunda mitad del siglo que lo han dejado con 26 habitantes en el año 2000.
Sus habitantes celebran su fe en una iglesia, dedicada a Santa María, renacentista, con arcos y bóvedas estrelladas de piedra y dos capillas cortas que le dan aire de cruz latina y cabecera románica, de finales del siglo XII, con ventanales y capiteles. El ábside es románico con dos ventanas cegadas, con motivos vegetales, columnas, capiteles, arcos y canes historiados en alero. La portada es renacentista, de 1672, adintelada, con pilastrones, hornacina avenerada y remate de bolas y dos columnas de piedra a la entrada del antiguo pórtico, ahora reducido. La torre es cuadrada, amplia, rematada en bolas, con seis huecos y dos campanas.
La pila es románica con arcos incisos, serpiente o dragones y pie ajedrezado circular, avenerada; y el retablo mayor es barroco, salomónico, de José Hernando en 1714, con una Virgen sedente con Niño y un San Sebastián del siglo XVI. Buena fábrica e interesantes los restos románicos. Sus libros parroquiales comienzan en 1596.
El 2 febrero 1898 nace Fortunato Ruiz Peña, hermano marista, martirizado el 8 octubre 1936 en Montcada (Barcelona) y beatificado el 28 octubre 2007.
Había un castillo, del que no queda más que la noticia, que en el año 1055 Diego Laínez, el padre de El Cid, arrebató a los navarros, pasando a Castilla.
En su territorio están catalogados un yacimiento arqueológico Medieval (¿iglesia?) y otro de época sin determinar.
• AMO A MI PUEBLO, escrito por Emiliano Nebreda Perdiguero.