Esta figura
románica de la
Virgen de Calleros estuvo mucho tiempo en la
ermita de Calleros, a unos 800 m al norte de
la Prada, pero hace unos 15 años por protección se decidió colocarla en la
iglesia de
San Pelayo. A principios de mayo hay la
tradición de llevarla en
procesión de la iglesia a la ermita.