La Prada es una pequeña y coqueta población y una Entidad Local Menor perteneciente al municipio de
Valle de Tobalina, situada en el norte de la provincia de
Burgos, en el norte del valle de Tobalina, en el interfluvio formado por los arroyos de Prada y de Revilla, muy próxima al pie de
monte de la
Sierra de Arcena, en la comarca de Las Merindades.
Su nombre aparece escrito por primera vez en el censo-pesquisa que el rey Pedro I manda hacer en toda Castilla en 1352.
Su jurisdicción era de señorío recayendo su titularidad en el Duque de Frías que era quien designaba al alcalde ordinario local.
Villa del Valle de Tobalina, dentro del partido de Castilla la Vieja en Burgos, que junto con otros trece componían la Intendencia de Burgos.
Se trata de una localidad con un núcleo urbano de pequeñas dimensiones estructurado en torno a una
calle principal, donde se encuentra la
iglesia parroquial sobre un pequeño altozano.
Su iglesia dedicada a
San Pelayo, mártir, es una construcción
gótica, de una nave recrecida con canes y con
capillas en
cruz latina de distinto tamaño, con ménsulas historiadas y
bóvedas de
piedra, estrelladas,
ábside poligonal con contrafuertes hasta el
alero moldurado, la
portada es de amplio
arco de medio punto, bajo anchuroso
pórtico abierto con estructura de madera y
torre es en
espadaña, con tres huecos y dos
campanas.
El casco urbano cuenta con algunas
casas solariegas construidas en los siglos XIX y XX, realizadas con estructura de madera y mampostería de arenisca y sillares en las
esquinas, generalmente de dos o tres plantas, algunas de ellas con la balconada o solana de madera en la última planta y orientada al mediodía. Destaca por su singularidad, un
pasadizo creado a partir de un voladizo que une dos casas. Algunas de estas casas se encuentran semiderruidas.