Una tranquila
carretera, escoltada por varios de los viñedos más antiguos de la Denominación de Origen Ribera del Duero, permite enlazar con el
monasterio de
Santa María de
La Vid. De repente y entre el frondoso bosque de ribera se descubre la inconfundible y elevada
espadaña barroca que señala la ubicación exacta del monasterio de este cenobio fundado a mediados del siglo XII por canónigos premostratenses.
La primitiva
fábrica románica, levantada sobre el lugar de la milagrosa aparición de la imagen de la
Virgen de La Vid, fue sustituida por elementos góticos y, sobre todo, por una magnífica cabecera renacentista que por si sola justifica la visita al lugar. De planta ochavada y
cúpula sobre trompas está considerada como una de las joyas artísticas de la comarca. La recomendable visita guiada al monasterio, regentado en la actualidad por los agustinos, incluye también el
claustro renacentista, con su sala capitular románica, y una
biblioteca repleta de valiosos códices e incunables.
Gestionado por la Orden de los Agustinos, la hospedería del monasterio ha sido convertida en un moderno
hotel de 34 habitaciones, con
restaurante,
cafetería y una oferta de itinerarios culturales y naturales.