DESFILADERO DE LAS PALANCAS
En lo más escondido de Las Merindades encontramos un auténtico tesoro natural y paisajístico: el desfiladero de Las Palancas, un conjunto de estrechas gargantas por las que un modesto curso de
agua ha sido capaz de atravesar los bancos calizos de un elevado anticlinal cretácico.
Desde el
pueblo de
Lándraves parte un antiguo
camino que, remontando la corriente del arroyo de la Serna, permite acercarse hasta el primero de los desfiladeros que se estrecha paulatinamente hasta que los verticales paredones sólo permiten el paso del arroyo y de un frágil y antiguo pasaje artificial.
Unas
piedras estratégicamente situadas permiten acceder a una zona más ancha en la que el camino asciende unos metros y se sitúa en el centro de un impresionante escenario presidido por unos afilados riscos calizos.
El desfiladero se vuelve a cerrar para convertirse esta vez en una angosta garganta —200 m de largo, más de 100 de alto y solo 4 de ancho— en la que es difícil ver un rayo de sol. En la base del
acantilado todavía son visibles las muescas talladas en la
roca para sostener las palancas —de ahí el origen del topónimo— de una desaparecida
pasarela de troncos.
Si no hay mucho caudal se puede. Pero siempre con precaución y saltando de
piedra en piedra. Son recomendables unos bastones de senderismo para evitar resbalones. Tampoco es mala idea descalzarse y sentir la cristalina y fría agua en los pies. En
verano incluso es un relajante
Cómo llegar
Desde
Burgos hay que alcanzar la localidad de Sotopalacios. Allí es necesario desviarse por la C-629 con dirección a Villarcayo. Al llegar a la altura de Incinillas hay que volver a desviarse por la
carretera local que con dirección a Soncillo, alcanza el pueblo de Lándraves.