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LA HORMIGA Y LA MOSCA/FÁBULA
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Una hormiga y una mosca contendían acremente sobre quien valía más.
La mosca comenzó así la primera: " ¿Puedes tu comparar tus glorias a las nuestras. Cuando se inmola una víctima, gusto por anticipado las entrañas reservadas al dios, permanezco entre los altares, recorro todos los templos,
me poso en la cabeza del rey cuando me parece, y libo los castos besos de las matronas; no trabajo nada y disfruto de las mejores cosas. ¿Qué te ocurre a ti
semejante a estas cosas campesina?".-" Es glorioso, ciertamente, el festín de los dioses, pero para aquel que esta invitado, no para el que es mal visto en él. Frecuentas los altares, pero eres ahuyentada por donde vienes.. Hablas de los reyes, de los besos, de las matronas; todavía te jactas de lo que el pudor
debe cubrir. No trabajas; por consiguiente cuando tienes necesidad, nada tienes.
Mientras yo amontono afanosamente grano para el invierno, te veo alimentarte de estiércol junto al muro. Durante el estío me provocas; cuando llega la estación de las brumas, guardas silencio, mientras los fríos te obligan a morir encogida,
mi bien provista casa me acoge incólume. Bastante, en verdad, he confundido tu soberbia."
Esta fabulilla discierne las notas características de los hombres que se adornan con falsas alabanzas y de aquellos a quienes su mérito da una sólida gloria.
FEDRO
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Una hormiga y una mosca contendían acremente sobre quien valía más.
La mosca comenzó así la primera: " ¿Puedes tu comparar tus glorias a las nuestras. Cuando se inmola una víctima, gusto por anticipado las entrañas reservadas al dios, permanezco entre los altares, recorro todos los templos,
me poso en la cabeza del rey cuando me parece, y libo los castos besos de las matronas; no trabajo nada y disfruto de las mejores cosas. ¿Qué te ocurre a ti
semejante a estas cosas campesina?".-" Es glorioso, ciertamente, el festín de los dioses, pero para aquel que esta invitado, no para el que es mal visto en él. Frecuentas los altares, pero eres ahuyentada por donde vienes.. Hablas de los reyes, de los besos, de las matronas; todavía te jactas de lo que el pudor
debe cubrir. No trabajas; por consiguiente cuando tienes necesidad, nada tienes.
Mientras yo amontono afanosamente grano para el invierno, te veo alimentarte de estiércol junto al muro. Durante el estío me provocas; cuando llega la estación de las brumas, guardas silencio, mientras los fríos te obligan a morir encogida,
mi bien provista casa me acoge incólume. Bastante, en verdad, he confundido tu soberbia."
Esta fabulilla discierne las notas características de los hombres que se adornan con falsas alabanzas y de aquellos a quienes su mérito da una sólida gloria.
FEDRO
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