En el centro del
valle de Tobalina, aislado de las rutas más cuidadas y utilizadas, junto al único promontorio que se eleva en el valle
(hasta 825 m.) en terreno desigual, se encuentra situado
LECIÑANA DE TOBALINA, a 37 Km de Villarcayo y 87 de
Burgos, y se llega a él por un
corto tramo de
carretera, que parte desde
Quintana Martín Galíndez.
Lo acompañan formando corona su alrededor Quintana Martín Galíndez,
Promediano,
Ranedo,
La Revilla de Herrán,
Parayuelo y
Lomana al otro lado
del promontorio.
Según Inocencio Cadiñanos Bardeci, aparece su nombre citado en el año 1031 y en Libro de las Behetrías,
fruto del censo-pesquisa, que manda
hacer el rey Pedro I en toda Castilla, en 1352; y sus pobladores declararon en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752 que pertenecían al señorío del duque de
Frías.
Sumaban 23 sus habitantes en el año 1848, fiándonos de lo que dice Pascual Madoz en su Diccionario geográfico. El momento favorable de la
segunda mitad del siglo XIX le hizo crecer, como a la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, hasta conseguir la cifra de 122 habitantes
en el año 1900. Ya había comenzado el descenso en la dura primera mitad del siglo XX y presentaba en 1950 un censo de 87 personas. Y la cruel emigración de la segunda mitad del siglo ha hecho que figure en el año 2000 con tan sólo 6 habitantes.