La villa Ducal de
Lerma es un conjunto urbano de época barroca único en
España, realizado a instancias de Don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma y valido del rey Felipe III, el hombre más poderoso de su época. Hay que recorrer con detalle la localidad y visitar su espectacular
Palacio Ducal y
Plaza Mayor, la
colegiata de
San Pedro, y su impresionante conjunto conventual.
El Palacio de los Duques de Lerma, del siglo XVII, alberga el
Parador de Turismo. Símbolo del poder político del duque de Lerma, fue erigido entre 1601 y 1617 por Francisco de Mora sobre las
ruinas del antiguo
castillo. De líneas sobrias y elegantes, está flanqueado por cuatro
torres angulares rematadas por chapiteles. Frente al Palacio se ubica la gran Plaza Ducal, en origen totalmente porticada.
La Colegiata, construida en el siglo XVII y de airosas líneas, alberga numerosas obras artísticas de interés. Comunicada con el Palacio Ducal por un
pasadizo volado, forma con él la inconfundible silueta de la Villa. De tres naves con girola y sin crucero, fue construida entre 1613 y 1617 por Fray Alberto de la Madre de Dios. Posee
retablo mayor y sillería del
coro barrocos. Destaca en su interior la
estatua orante en bronce dorado del Arzobispo Cristóbal de Rojas y Sandoval. El
órgano de 1616 es de los más antiguos de España
El impresionante Palacio Ducal de Lerma, convertido en Parador, se ubica en la parte alta de la villa. El
hotel cuenta con un
patio central rodeado de bellas galerías de columnatas. La elegancia y majestuosidad de este palacio de la época de los Austrias, y sus preciosos interiores de cuidada iluminación y decoración, harán que tu estancia en él se convierta en una experiencia especial.
Frente a la
fachada principal del Palacio se extiende un espacio de planta rectangular, es la señorial Plaza Mayor, que por las
noches, con las luces del Palacio, se ve todavía más esplendorosa. La zona
medieval, con sus encantadoras
casas, el
arco, y el
puente de la cárcel, el
convento de San Blas, o el de
Santo Domingo, el Pasadizo del Duque o la Ex-Colegiata de San Pedro son algunas joyas que no puedes dejar de visitar.
Vale la pena hacer una ruta por el entorno de Lerma. A 22 kilómetros se ubica Covarrubias, un hermoso
pueblo donde la Colegiata de San Cosme y San Damián o las
Plazas de Doña Sancha y Doña Urraca invitan a una visita pausada y a imaginar que el tiempo se ha parado en el
medievo, y que pocas cosas han cambiado allí desde aquel año 987, cuando el conde Fernán González fundó la villa.
A escasa media hora en
coche encontrarás otro tesoro, el
monasterio Santo Domingo de Silos, joya universal del
románico que en la actualidad se ha convertido en centro de peregrinación espiritual y artística. A poca distancia también encontrarás la bella Aranda de Duero, ciudad de vino,
monumentos,
historia y saber hacer en los fogones