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Lavanda, LERMA

Lavanda en proceso de secado de sus flores a finales de agosto. Su aroma en pleno monte espectacular
Aunque no es un dato demasiado conocido, hace ya varias décadas que un labrador se animó a probar con el cultivo de lavanda en la localidad de Villoviado, cercana a Lerma, como medio para diversificar el tradicional cereal. Al parecer el cultivo de lavanda se adapta bastante bien a nuestro entorno de suelos calizos y más bien secos, con inviernos fríos.
Con el paso de los años la explotación se ha ido consolidando lentamente, sin dejar de ser muy minoritaria. A las fincas de Villoviado se han sumado otras en las cercanías, como en los pueblos de Castrillo Solarana y Mecerreyes. Una familia centraliza la recogida, realizando un primer destilado en sus instalaciones antes de exportarlo a Francia.
Como los entresijos del cultivo de la lavanda superan nuestros conocimientos, nos limitaremos a disfrutar de las bellas estampas que forman en nuestro paisaje castellano. Supongo que estamos aún muy lejos de pensar en un turismo de la Lavanda, como en la conocida comarca francesa de La Provenza.
En principio la mejor época para visitar los campo de Lavanda del Arlanza es a finales de Julio, pero lo mejor es informarse con gente de la zona, ya que varía en función de la climatología (y en años como este aún más).
La villa Ducal de Lerma es un conjunto urbano de época barroca único en España, realizado a instancias de Don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma y valido del rey Felipe III, el hombre más poderoso de su época. Hay que recorrer con detalle la localidad y visitar su espectacular Palacio Ducal y Plaza Mayor, la colegiata de San Pedro, y su impresionante conjunto conventual.
El Palacio de los Duques de Lerma, del siglo XVII, alberga el Parador de Turismo. Símbolo del poder político del duque de Lerma, fue erigido entre 1601 y 1617 por Francisco de Mora sobre las ruinas del antiguo castillo. De líneas sobrias y elegantes, está flanqueado por cuatro torres angulares rematadas por chapiteles. Frente al Palacio se ubica la gran Plaza Ducal, en origen totalmente porticada.
La Colegiata, construida en el siglo XVII y de airosas líneas, alberga numerosas obras artísticas de interés. Comunicada con el Palacio Ducal por un pasadizo volado, forma con él la inconfundible silueta de la Villa. De tres naves con girola y sin crucero, fue construida entre 1613 y 1617 por Fray Alberto de la Madre de Dios. Posee retablo mayor y sillería del coro barrocos. Destaca en su interior la estatua orante en bronce dorado del Arzobispo Cristóbal de Rojas y Sandoval. El órgano de 1616 es de los más antiguos de España