Una singular
iglesia, única en su estilo en la diócesis, dedicada a
Santa Marina,
virgen y mártir, es el lugar de la celebración de la fe de sus habitantes. Es moderna, de mediados del siglo XX, de planta circular, por tanto sin
ábside, con un
pórtico a todo su alrededor, que cobija una
puerta adintelada, ante la que hay una
espadaña moderna, con un gran vano doble y otro más pequeño, rectangulares, con dos
campanas y un campanillo.
La
pila es ovalada y no tiene
retablo.
Sus libros parroquiales comienzan en 1669.
En sus tierras está catalogado un yacimiento arqueológico posiblemente del Calcolítico o Neolítico y otros dos de época sin determinar.