Señor del Olmo, tiene usted absolutamente toda la razón. La conservación de la naturaleza, en estas épocas de deterioro total de ella en todo el mundo, prima sobre los intereses de los pocos que quieren enriquecerse utilizando en su provecho lo que es de todos. A falta de medidas eficaces de los gobiernos para que esta cosas no pasen, buena es la unión de los ciudadanos en torno a reclamos como el que Usted hace.