A este tramo, no contemplado en el proyecto inicial, también le faltaba un letrero que nos indicase el nombre de la villa: Tardajos, en metal oxidado. Para gustos los colores. Lo malo es lo que cuesta el cartelillo, que no es moco de pavo: 2300 euros. Y eso que en el pleno del 27 de febrero se decía que Tardajos tenía inestabilidad presupuestaria, es decir, más gastos que ingresos, que fue un tema que se abordó en ese pleno. Y mira por donde, nada importa que se haya pasado el equipo de gobierno ... (ver texto completo)