EL TOZO
He vaciado todo mi antojo en irme allá donde la loma y el valle —tortura y miseria— hacen mansión. Las sabrosas parameras de los alrededores de mi ciudad no auguran, a pesar suyo, nada antojadizo a esos sentidos nobles de la vista o el oído. Es, para el viajero, coma una cédula o "un pasaporte desprovisto de promesas. Hace, para colmo, frío al Norte y la vegetación bien enseña al caminante la huella de un otoño sempiterno. Me sumerjo, no sé si a la deriva del deseo o movido por una indómita ... (ver texto completo)
He vaciado todo mi antojo en irme allá donde la loma y el valle —tortura y miseria— hacen mansión. Las sabrosas parameras de los alrededores de mi ciudad no auguran, a pesar suyo, nada antojadizo a esos sentidos nobles de la vista o el oído. Es, para el viajero, coma una cédula o "un pasaporte desprovisto de promesas. Hace, para colmo, frío al Norte y la vegetación bien enseña al caminante la huella de un otoño sempiterno. Me sumerjo, no sé si a la deriva del deseo o movido por una indómita ... (ver texto completo)