Cercano al
río Ebro y a la
carretera que recorre todo el
valle de su nombre de Incinillas a Soncillo, en terreno desigual, está situado
MANZANEDO, a 13 km de Villarcayo y 76 de
Burgos.
Forman corona a su alrededor
Manzanedillo,
Argés,
San Martín del Rojo,
Villasopliz,
Cueva de Manzanedo y
Cidad de Ebro.
En el censo-pesquisa que el rey Pedro I mandó hacer en toda Castilla en 1351, que luego dio origen al llamado libro de las Behetrías, aparece su nombre escrito por primera vez y según las declaraciones de sus pobladores en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752, gozaba de la protección del rey, al que pagaban tributos, es decir, era lugar de realengo.
Contaba en 1848 con 101 habitantes, según hace constar Pascual Madoz en su Diccionario geográfico. En línea con la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, creció a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y presentaba en
1900 un censo de 149 personas. Aumentó aún más su población en la dura primera mitad del siglo XX y habitaban en lugar 171 personas en 1950. Pero no ha podido resistir los embates de la persistente emigración de la segunda mitad del siglo, que lo ha dejado reducido a 20 habitantes en el año 2000