Carnaval declarado de interés turístico y uno de los más antiguos de
Castilla y León
El niño es el Rey que lleva al Gallo, se supone que es el gallo más lustroso del
pueblo. Y son los Zarramacos los encargados de protegerlo. De tal manera que cuando algún mozo entra y se lleva el gallo tiene que dar la vuelta entera a la manzana sin que el Zarramaco lo alcance con una vara.
Todo ello envuelto en cantos tradicionales y danzantes que acompañan al Rey.
Y es solo cuando los dulzaineros terminan cada estrofa de la canción, cuando los mozos se pueden lanzar a por el gallo.
Al final de la
fiesta se subasta el gallo.
Hoy ha llegado a 235€
Los alguaciles que se encargan de mantener a los visitantes en su sitio y al Mozo Mayor encargado de que todo se cumpla.